Desde que mi hijo nació -ahora 4 años- había sido muy corajudo ; al despertar; si alguien más lo cargaba, era algo de todos los días. Fue creciendo y siguió siendo igual, la gente lo quería abrazar y se ponía muy agresivo, incluso cuando su papá le hablaba, no lo quería, no quería convivir con el, nunca se le acercaba.
Su abuela lo cuidaba y el era muy agresivo con ella. Mi hijo me decía de la nada que se sentía enojado, aburrido, que no era feliz. Otro problema es que no quería dejar el pañal. Su semblante siempre era de enojo, amargura. La familia y mis otros dos hijos no tienen ese comportamiento, no hay violencia intrafamiliar ni nunca sufrio ningun abuso, sin embargo nadie entendia que le pasaba, lo lleve con un psicólogo para niños y no hubo cambio. No sabia que hacer y me recomendaron la terapia de Biocuántica Energética Aplicada, a la primera terapia tuvo un cambio enorme, empezó a hablar con su papa, se acerco a el y le dijo que lo quería, empezaba a decir que el se sentia feliz, que si yo me sentia feliz con el, le respondia que si.
Su rostro cambió a uno más tranquilo, ahora sonríe, juega, ya que antes solo quería ver tele y no hacer nada más.Después de 2 semanas lo lleve a una segunda terapia y hubo aún más cambios, decidió ir al baño y dejar el pañal, ya platica con las personas, con su papá ha cambiado increíblemente. Ahora ya su abuela no lo cuida pero expresa que la extraña y que la quiere mucho y llora.
Y piensa a futuro diciendo que cuando sea grande sera bombero. El terapeuta César Farías me dijo que aparte de traer microorganismos, traía emociones arraigadas de cuando yo estaba embarazada.
Todo mi embarazo fue muy traumático. Estoy impresionada con los cambios de mi hijo y agradecida con esta maravillosa técnica y con el terapeuta. Recomiendo la terapia ampliamente.